BREVE HISTORIA DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA.

La ESCUELA NACIONAL DE AGRICULTURA Y VETERINARIA perduró hasta
1914, año en que se dieron los ataques más cruentos de la revolución mexicana
en el centro de México y por esa misma razón tuvo que ser clausurada. Durante
61 años (1853-1914) esta institución formó a más de 180 estudiantes de los
cuales 120 fueron agrónomos, mayordomos, topógrafos, administradores de fincas
y aproximadamente 60 veterinarios. Una idea del número de veterinarios que en
ese entonces había en México la proporciona la Sociedad de Médicos Veterinarios
en 1896, misma que en un documento aparecido en su publicación oficial “La
Ilustración Veterinaria” expresa que en ese año había en México tan sólo treinta y
tantos médicos veterinarios.
Durante la segunda mitad del siglo XIX hubo varios intentos de abrir escuelas de
agricultura en diferentes estados del país: México, Morelos, Guerrero, Tlaxcala,
Zacatecas, Campeche, Nuevo León, Veracruz, y por cierto según algunas
evidencias en la Escuela de Agricultura de Aguascalientes se expedía el título de
veterinario. Todas estas instituciones tuvieron ciclos de vida muy cortos.
Realmente la única institución que logró sobrevivir a todos los vaivenes políticos
de la época fue la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria, su objetivo
principal fue formar y abastecer al gobierno de técnicos capacitados en el campo
agropecuario.
En 1908, cuando el gobierno porfirista estaba en crisis, después de una serie de
discusiones se implanta el modelo de educación agrícola francés, esto es
ESCUELA-ESTACION EXPERIMENTAL-REVISTA DE DIFUSIÓN-SINDICATO.
Para este fin se establecieron 7 estaciones agrícolas experimentales,
estratégicamente distribuidas en el territorio de la república mexicana, ubicadas
en: Colima; Jalisco; San Juan Buenaventura, Tab., Oaxaca, Oax., Río Verde,
S.L.P., San Jacinto, D.F. (anexa a la Escuela Nacional de Agricultura y
Veterinaria) y la de Ciudad Juárez (junto a la recién inaugurada Escuela Particular
de Agricultura de Ciudad Juárez).
Las estaciones agrícolas experimentales estuvieron en funciones hasta 1914,
fueron clausuradas por dos años, y fueron reabiertas a principios de 1917 y
después de 7 años de crisis administrativa y política de los gobiernos
revolucionarios son clausuradas definitivamente en 1922.

El nuevo ciclo (1916-1969)
En 1916 se abre la ESCUELA NACIONAL DE VETERINARIA (independiente de la
de Agricultura) y en 1917 se le anexa la Estación Agrícola Central de San Jacinto.
En 1918, se cierra la escuela, después de una huelga de estudiantes rebeldes,
mismos que no se querían sujetar a la disciplina militar. En mayo de ese mismo
año, después de haber expulsado a los estudiantes rebeldes y haber cambiado el
reglamento interno se abre la institución, a la que se le añadió el término medicina
quedando entonces: ESCUELA NACIONAL DE MEDICINA VETERINARIA. En
1924, al cerrarse la Estación Agrícola Central de San Jacinto, la escuela la toma
para si y la transforma en Instituto de Medicina Veterinaria, dirigida por el médico
veterinario Javier Escalona y Herrerías, hasta 1934, año en que por
reestructuración de la Secretaría de Fomento se anexa al Instituto Biotécnico.
La Escuela de Veterinaria sufrió una serie de vaivenes, mismos que seguían el
ritmo que le imprimiera la Secretaría de la que dependía, ya fuera la de Instrucción
Pública o la de Agricultura y Fomento. En 1929 se anexa a la UNAM, gracias a los
esfuerzos de los estudiantes, mismos que promovieron la anexión, y finalmente
logran su objetivo.
Durante la primera mitad del siglo XX hubo varios intentos de abrir algunas
escuelas de veterinaria, dos por parte de la Escuela Nacional de Agricultura en
1930 y 1939, y otros dos intentos más por el ejército mexicano en 1920 y 1933,
siendo todos fallidos. En 1945 como una respuesta gremial a la presión de los
agrónomos a la escuela se le agrega el término y zootecnia, quedando entonces
como: ESCUELA NACIONAL DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA.
Después de 8 años de lucha contra la fiebre aftosa fue erradicada en enero de
1955 arrojando a largo plazo una serie de consecuencias sobre la educación
veterinaria mexicana. En primer lugar, cuando la aftosa se presenta en México no
había más de 300 veterinarios, a partir de ahí se incrementó la matrícula y algunos
años más tarde, a partir de 1957 (casi 100 años después de la fundación de la
Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria) se abren las escuelas de veterinaria
en la provincia mexicana llegando en 1984 a ser 38 escuelas.
A partir de la aftosa la ganadería bovina sufrió un grave decremento entre 1947 y
1955, mientras que la avicultura y la porcicultura se vieron estimuladas al igual que
la industria de los alimentos balanceados y estas dos especies tomaron y
sustituyeron gran parte que anteriormente era ocupado por la carne de bovino.
Durante la epizootia de la aftosa la prioridad para los médicos veterinarios
mexicanos era mantener y preservar la salud de los animales, esto es, el área
médica recibió un fuerte impulso, así como sus materias: microbiología, virología,
salud pública, inmunología; en contraparte, el área de ganadería (crianza de
animales) quedó a la expectativa hasta 1955, año en que la Fundación Rockefeller
inicia un programa de mejoramiento de la avicultura mexicana, mientras que el
programa de mejoramiento del ganado se inició hasta 1962.
Para el gremio veterinario fue una oportunidad de demostrar a la sociedad
mexicana el valor de la profesión, lo que permitió conseguir apoyos institucionales,
sueldos más altos y reconocimiento social, además posibilitó a los médicos
veterinarios los siguientes logros: 1) Se creó un mercado de trabajo en el aparato
estatal. 2) Los veterinarios ocuparon puestos claves. 3. Se creó el colegio de
Médicos Veterinarios. 4. Los profesionales mexicanos entraron en otra etapa
científica y de investigación. 5. Obtuvieron una promoción económica importante.
6. Se revaloró socialmente la profesión. 7. Se dio el diálogo entre el gremio y el
estado.
El plan de estudios de la carrera de médico veterinario zootecnista también fue
influenciado por la epidemia y en 1955 se incluyeron las cátedras de: virología,
enfermedades infecciosas y salud pública veterinaria. A partir de 1949 aparecen
los profesores de tiempo completo en la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria
y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México, y a partir de esto
surgió el investigador docente, dedicado a la academia y por lo regular también
trabajaba en el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias.
A partir de la aftosa se constituyó en la Escuela de Veterinaria de la UNAM el
departamento de Virología del que surgió una familia intelectual y que dio inicio a
la especialización de los veterinarios mexicanos en diferentes áreas.
La aftosa además, estimuló la búsqueda de nuevos caminos en el ejercicio de la
medicina veterinaria mexicana; descubrió la importancia de las ciencias sociales
dentro de la profesión, asimismo les demostró a los médicos veterinarios
mexicanos el gran valor de trabajar en equipo y hacia un objetivo común.
En 1955 la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia se trasladó a la Ciudad
Universitaria. Entonces contaba con 291 alumnos y 110 profesores y anualmente
ingresaban 70 alumnos.
A finales de la década de 1960 se presenta el cambio más significativo dentro de
la educación veterinaria mexicana. En 1963 y 1965 ahí dos intentos de evolución
dentro de la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia. En 1963 el
famoso profesor Dr. Salomón Moleres Álvarez plantea al Gobierno Federal la
urgente necesidad de que se constituya un instituto que tenga como objetivo
fundamental el hacer investigación acerca de los sistemas de alimentación en las
diferentes especies de animales domésticos con el fin de establecer las normas de
alimentación mexicanas para cada especies productiva, sin embargo, este
ambicioso y visionario proyecto, por algunas circunstancias que desconocemos no
prosperó. En 1966 el Dr. Moleres hace un segundo intento sin éxito, y finalmente
algunos de sus planteamientos se rescatan cuando se establece en 1973 la
AMENA, esto es, la Asociación Mexicana de Especialistas en Nutrición Animal.
Y algo que es muy significativo es el hecho de que se está observando una tímida
pero sostenida tendencia hacia las ciencias sociales. Actualmente hay pequeños
grupos de médicos veterinarios que están preocupados, además del quehacer
cotidiano, de temáticas como la problemática dentro del salón de clase, de las
diferentes tendencias dentro de la ganadería mexicana, de las dinámicas que
existen dentro de las comunidades rurales.
En el año 2003 se celebrara el 150 aniversario de la educación veterinaria
mexicana y este tema actualmente se ha convertido en un objeto de estudio, para
lograr tal meta los veterinarios mexicanos hemos empezado desde hace un par de
años una búsqueda exhaustiva de las raíces prehispánicas, españolas y criollas
de la medicina veterinaria y zootecnia mexicanas.
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